lunes, 27 de mayo de 2013

Japoneses


Pese a que "Historia intelectual del siglo XX" tiene una gran cantidad de datos curiosos y que te hacen pensar, anoche leí algo muy interesante sobre Japón.


Cuando entraron en la guerra, los norteamericanos empezaron a preocuparse por estos enemigos que se comportaban de una forma que para los occidentales era "extraña"  (kamikazes, devotos incondicionales al emperador, con una crueldad aparentemente gratuita, etc), en particular les preocupaba saber si era posible que Japón se rindiera ante la amenaza de una bomba atómica; para esto le encargaron a la antropóloga Ruth Benedict que hiciera un estudio de la cultura de ese país. En este estudio (El crisantemo y la espada: Modelos de la cultura japonesa), descubrió que los japoneses se mueven por la vida en base a una serie de principios que son:
  • Obligaciones que se tienen para con una sociedad firmemente estratificada, uno tiene deberes para con su nombre (debe ser respetado), para con sus padres, su familia, su comunidad, su emperador, etc. Los principales problemas morales provienen de contradicciones entre estas obligaciones.
  • El orgullo y la vergüenza, esto último es lo más intolerable, el tratar de evitarla, hace que en Japón exista muy poca competencia (por ejemplo, a los niños no se le registraban sus calificaciones sino que sólo su asistencia), y las ofensas se cobran siempre, a veces de forma inconsciente.
  • La perfección, cada aspecto de su vida debe ser perfecto, y cuando digo cada aspecto de la vida, me refiero a CADA ASPECTO DE LA VIDA, esto para ser motivo de orgullo para la familia, la comunidad, el país y uno mismo (nace de lo anterior).
Esto es muy interesante, como se mueven por los principios señalados anteriormente, no son movidos por los principios que mueven a los occidentales, como la culpa (herencia de las religiones semitas), esto hace que temas como el sexo, el alcohol o la comida no se relacionen con un sentimiento de culpa, sino que se practiquen de forma totalmente normal, por ejemplo, los matrimonios arreglados hacían que la fidelidad no fuera algo esperado en el matrimonio, los hombres podían ver gueishas y prostitutas abiertamente y las mujeres masturbarse o ver a gueishas y prostitutas en encuentros homosexuales también de forma abierta (no ver a hombres porque la familia es parte importante de la sociedad nipona, por lo que la paternidad de los hijos tenía que ser algo seguro). Se consideraba que el objetivo de un encuentro sexual, del momento de beber alcohol o de disfrutar de un banquete, era el de sentir placer, por lo que la perfección se alcanzaba maximizando ese placer. Es posible que esta "obligación" de sentir el máximo de placer en el momento del acto sexual haya producido la cantidad de fetiches sexuales extraños que tienen los japoneses y que en general asombran a los occidentales, que esta "obligación de la perfección" en el ámbito de los placeres les quite la espontaneidad, y por lo tanto juegan en contra. Cuando es momento de disfrutar los placeres de la vida (cualquiera), éstos se "deben" (aunque eso le quita un poco lo placentero) disfrutar al máximo, de forma cotidiana, sin culpa, pero también, por ser cotidiano y normal, sin ser algo trascendente para la vida. 

Esto me hace pensar, ¿es posible que parte del atractivo de los placeres de la vida sea su carácter de "prohibido"? ¿Puede ser algo absolutamente aceptado sin volverse cotidiano?

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